Hola a tod@s! Estas semanas de confinamiento ya se me están haciendo cuesta arriba ¿y a vosotros? Para mi, demasiado tiempo para pensar, mil cosas por hacer y no noto mejoría... Pero hay que alegrar nuestras vidas y el meterme en la cocina me da un chute de energía increíble y para contagiaros a vosotros os traigo una súper receta que hará de vuestras tardes una auténtica fiesta. Es increíblemente deliciosa y blandita.
Hoy os traigo un BIZCOCHO JAPONÉS. Pero no es un bizcocho cualquiera, sino uno que se ha popularizado por las cuentas japonesas en estas últimas semanas y se trata de un bizcocho muy tiernecito, lleno de aire y bailongo que tiene un aspecto de nube que lo hace tremendamente irresistible. No me crees? Pues aquí te lo enseño para que tú mismo puedas ver que es una locura total

¿Impresionante, verdad? Tiene un sabor muy suave, lo espectacular de esta receta para mi es su textura. Así que coge papel, lápiz y apunta todo lo necesario para hacer esta maravilla. Te advierto de que tiene muy pocos ingredientes, y lo mejor es que no lleva levadura, así que, algunos me lo agradeceréis enormemente jajaja ¡Vamos! ¡Manos a la obra!
INGREDIENTES:
80 gr de harina de trigo.
80 gr de azúcar.
5 huevos.
2 cucharaditas de pasta de vainilla.
50 gr de aceite de girasol o mantequilla.
80 gr de leche.
Para decorar (opcional):
azúcar glass al gusto.
una fresa laminada.
PREPARACIÓN:
Antes de comenzar vamos a poner a calentar el horno a 150º.
Lo primero que vamos a hacer es separar las claras de las yemas de los huevos.
En un recipiente, echamos la harina tamizada con un colador y vamos agregando las yemas de 1 en 1 y removiendo con unas varillas de globo hasta integrarlas poquito a poquito. Cuando tengamos una mezcla homogénea, incorporamos la vainilla y movemos de nuevo.
En un cazo, pondremos a calentar (hasta alcanzar a unos 50º aproximadamente) la leche y el aceite. Cuando esté templada, la añadimos al bowl anterior y movemos ,mientras tanto, enérgicamente hasta disolver bien la mezcla. Reservamos.
En otro cacharro, pondremos las claras junto al azúcar y las montamos con unas varillas eléctricas hasta formar picos firmes. Cuando consigamos un buen merengue lo incorporamos a la mezcla anterior con el globo batidor, haciendo movimientos envolventes para no bajar el aire del merengue. De esta forma tendríamos un revoltijo uniforme de un color crema clarito con mucho volumen.
Una vez tengamos todo listo, prepararemos un molde con un papel de horno. Lo rociaremos con un poco de spray desmoldante o aceite y echaremos la mezcla con mucho cuidado. Lo haremos con ayuda de una lengua repostera y lo pondremos lo más lisito posible. Cuando esté preparado. lo colocaremos en la bandeja de horno. Echaremos con cuidado en la bandeja agua caliente hasta cubrir por fuera la mitad del molde. De este modo, cocinaremos este pastel al baño maría dentro del horno. Lo dejaremos 60 minutos a 150º.
Cuando haya transcurrido el tiempo, lo sacaremos. Lo dejamos templar dentro del molde 15 minutos. Después lo sacamos para que enfríe a una rejilla y listo para decorar y consumir. Yo le he espolvoreado azúcar glass por encima y le he colocado una fresa laminada en el centro.
Y este es el resultado:

¿Qué os parece? ¿Rico, verdad? Muy esponjoso, sedoso y buenísimo para meriendas y desayunos, es el acompañante ideal.
Espero que os haya encantado la receta y me dejéis muchos me gustan por aquí y mis redes sociales.
Un beso enorme y un abrazo aún más grande.
W.O.D.E.R.F.U.L. S.W.E.E.T.S
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