En casa son unos enamorados del helado. Rara vez vas al congelador en verano y no lo encuentras hasta arriba de todo tipo de helados. No importa si son de nieve o cremosos, si tienen cobertura de chocolate, de frutas o cualquier gallettita que le de sabor y decoración ¿Qué más da? Lo importante es que siempre haya un trocito de cielo con el que refrescarse.
Esta vez he decidido sorprenderlos y hacer helados caseros. El favorito de mi padre siempre ha sido el Almendrado y el mio el de Stracciatella, ha sido entonces cuando se me ha ocurrido hacer una mezcla entre ambos para ver qué sale de ello. Hoy os traigo un almendrado de vainilla y chips de chocolate. Es una auténtica delicia, y estoy segura de que os encantará.

Comenzamos con la receta. Para ello os presento los INGREDIENTES que vamos a utilizar:
150 ml de nata para montar.
2 cucharadas de azúcar glass.
2 cucharaditas de esencia de vainilla.
Un puñado generoso de chips de chocolate.
Para decorar el almendrado necesitaremos:
300 gramos de chocolate con leche (en mi caso. Tú puedes usar el que más te guste).
Almendras caramelizadas al gusto.
50 ML DE ACEITE DE GIRASOL.
Para elaborar nuestros helados necesitaremos moldes para éstos. Yo los he comprado en Ikea. Vienen 6 moldes con sus palos y un soporte para que no se derrame la mezcla en el congelador antes de congelarse. Los vi tan prácticos que no me pude contener en traerme un pack.
La preparación es bien fácil. Solo tenemos que montar un poco la nata enérgicamente con unas varillas de mano hasta que tengamos una textura un poco espesa pero sin llegar a montar (para ello tiene que estar muy fría). En este punto tenemos que agregar el azúcar glass, removemos un poco y justo a continuación echamos la vainilla y seguimos removiendo suavemente para mezclarlo todo con la nata. Seguidamente incorporamos las chips y las incorporamos a la mezcla y listo. Ahora con una cuchara vamos rellenando los moldes, introducimos los palos y los ponemos en el soporte. Los metemos en el congelador durante un mínimo de 24 horas.
Ahora llega el turno de la decoración almendrada, por eso hay que preparar del baño de chocolate y almendras. Para ello derretimos los 300 gramos de chocolate en un vaso largo en el microondas. Una vez derretido, introducimos el aceite y lo mezclamos hasta conseguir un chocolate fluido y brillante. Dejamos templar un poco para no derretir nuestros helados. Mientras tanto en un bowl ponemos un puñado generoso de almendras caramelizadas. una vez listo todo, desmoldamos los helados (Yo lo hice introduciendo el molde en un poco de agua caliente, durante unos 10 segundos y sale solo). A continuación, introducimos el helado en el vaso, quedando éste bañado por completo. Escurrimos un poco para quitar los excesos de chocolate y rápidamente tenemos que irnos al bowl de las almendras y con las manos vamos poniéndolas por nuestro helado antes de que el chocolate se solidifique. Una vez cuajado y las almendras pegadas, volvemos a introducir nuestro helado en el vaso del chocolate de modo que hacemos un segundo baño. Volvemos a escurrir los excesos de chocolate y listo.
Yo preparé la bandeja del congelador con papel de horno y los coloque suavemente uno a uno para que se congelaran del todo y los pudiésemos comer bien ¡¡El resultado fue increíble!!

Quedaron súper crujientes por fuera y cremositos por dentro y con un intenso sabor a vainilla. ¡Una auténtica delicia!
¿Qué? ¿Os animáis a hacerlos? yo os aseguro que no os arrepentiréis y seguro que repetís.
Un beso gigante ¡¡¡MUUUUAAAAK!!!
Nos vemos pronto por aquí, en Wonderful Sweets.
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